Ante diem IX kalendas maius. Anno DCCCXLV ab urbe condita (23 de abril, año 92 d.c.), a sus catorce años Marco Sensio sale por la mañana de su casa, deja atrás a su madre y a sus hermanos y sigue a su padre, va a aprender un oficio, pero nadie lo ha preparado para lo que realmente se va a encontrar: este ha sido el último día de la vida que ha conocido hasta ahora...
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domingo, 14 de agosto de 2016
¿Qué es novela histórica?
Cuando hablamos de novela histórica lo hacemos normalmente pensando en las gestas y hazañas que, de los grandes personajes, nos han sido transmitidas por autores contemporáneos o que en épocas posteriores han recogido sus logros.
También es posible desarrollar la narración histórica de pueblos en su conjunto, trazando la vida de sus principales líderes y de los procesos que los arrastraron.
Itineraria no pretende nada de eso, es una obra que lo que persigue es recuperar las ideas, los procesos, la metodología y los instrumentos con los que Roma fue capaz de construir su mundo.
Partiendo de conocimientos heredados de otros pueblos, egipcios, griegos, etruscos. Poniéndolos al servicio de un ideal con el que dar forma común y continuada, durante siglos, a un sistema que moldearía para siempre el concepto urbano y el de las comunicaciones.
Para ello únicamente necesito de unos sencillos instrumentos de topografía y la firme voluntad de hacer realidad todo aquello que hacía la vida más fácil.
De ese modo, ya se tratara de construir ciudades, calzadas, acueductos, campamentos militares, centuriatos, canales fluviales, puertos, faros, túneles o cualquier otra actuación que se les requiriera, había un denominador común: los mensores.
Ya fueran civiles o militares, contaban con la formación necesaria para acometer obras de cualquier naturaleza, haciendo de este tipo de profesionales el eslabón básico de cualquier proyecto que decidieran realizar.
Así pues esta novela trata de recuperar el modo en que desarrollaban sus actividades diarias. Sin ellos, situados entre la planificación previa y la ejecución posterior, cualquier proyecto habría fracasado. Y lo que es más importante, nunca hubiera sido un elemento motor del desarrollo civilizador romano, que abarca un vasto territorio en el que los modelos se repiten sin apenas variación.
Para comprobarlo tan solo es necesario echar un vistazo a lo que sucedió en la Edad Media, cuando las ciudades fueron casi abandonadas, las calzadas olvidadas y la expansión se convirtió en retroceso. Recuperar todo el conocimiento perdido costó siglos.
También es posible desarrollar la narración histórica de pueblos en su conjunto, trazando la vida de sus principales líderes y de los procesos que los arrastraron.
Itineraria no pretende nada de eso, es una obra que lo que persigue es recuperar las ideas, los procesos, la metodología y los instrumentos con los que Roma fue capaz de construir su mundo.
Partiendo de conocimientos heredados de otros pueblos, egipcios, griegos, etruscos. Poniéndolos al servicio de un ideal con el que dar forma común y continuada, durante siglos, a un sistema que moldearía para siempre el concepto urbano y el de las comunicaciones.
Para ello únicamente necesito de unos sencillos instrumentos de topografía y la firme voluntad de hacer realidad todo aquello que hacía la vida más fácil.
De ese modo, ya se tratara de construir ciudades, calzadas, acueductos, campamentos militares, centuriatos, canales fluviales, puertos, faros, túneles o cualquier otra actuación que se les requiriera, había un denominador común: los mensores.
Ya fueran civiles o militares, contaban con la formación necesaria para acometer obras de cualquier naturaleza, haciendo de este tipo de profesionales el eslabón básico de cualquier proyecto que decidieran realizar.
Así pues esta novela trata de recuperar el modo en que desarrollaban sus actividades diarias. Sin ellos, situados entre la planificación previa y la ejecución posterior, cualquier proyecto habría fracasado. Y lo que es más importante, nunca hubiera sido un elemento motor del desarrollo civilizador romano, que abarca un vasto territorio en el que los modelos se repiten sin apenas variación.
Para comprobarlo tan solo es necesario echar un vistazo a lo que sucedió en la Edad Media, cuando las ciudades fueron casi abandonadas, las calzadas olvidadas y la expansión se convirtió en retroceso. Recuperar todo el conocimiento perdido costó siglos.
jueves, 5 de mayo de 2016
Itineraria: reseña
La novela se dispone en dos partes muy diferenciadas. La Primera Parte cuenta un viaje, un viaje físico, pero también un viaje emocional. El protagonista, con catorce años, no ha salido nunca de su entorno y de improviso, sin avisar, se ve lejos de todo, aislado, solo, sin más sostén que su deseo de vivir.
El título Itineraria se puede traducir del latín como "los caminos", en referencia al hecho de que la vida nos hace transitar por lugares insospechados.
El inexorable paso a la vida adulta, junto con la formación como profesional de la topografía, mensor, sirve para elaborar un cuadro en el que paralelamente se desarrolla el afán del protagonista por prosperar, por conocer, a la vez que permite entender los entresijos técnicos con los que, en la antigua Roma, se pudieron llevar a cabo obras colosales que requirieron de profesionales altamente cualificados para su trazado y replanteo, para su diseño y ejecución.
El aprendizaje de la profesión, partiendo de cero, ayuda al profano a intuir el proceso, las dificultades y los resultados que, con los medios disponibles, hicieron posible un desarrollo técnico que todavía hoy nos deja sin aliento.
Hay que tener en cuenta que el desarrollo de grandes urbes no es concebible sin agua. Ello implica que, en paralelo al crecimiento urbano, es necesario dotar a la ciudad de las infraestructuras hidráulicas que proveerían de agua a sus habitantes.
La Segunda Parte, tras cinco años de trabajo en la lejana Mauritania Tingitana, en concreto en Tamuda (actual Tetuán en Marruecos), nuestro protagonista regresa a Roma.
Ha dejado atrás la adolescencia, ahora se nos presenta como un joven más maduro de lo que correspondería a sus diecinueve años.
Debe enfrentarse a la vida, y lo hace trabajando de lo que sabe, demostrando que, a pesar su edad , su formación es sólida.
El trabajo que le encargan permite introducir, por un lado, la descripción de los acueductos que servían a la ciudad, y por otro, a Sexto Julio Frontino, curator (responsable del mantenimiento) de las aguas de Roma y autor del único libro que nos ha llegado sobre el suministro urbano a la ciudad: Los acueductos de Roma.
Frontino es, por tanto, un personaje histórico que, en su libro, nos muestra con detalle el funcionamiento de la red hidráulica de la ciudad a la vez que nos habla de los fraudes que los fontaneros cometían en la red.
Esto último da pie a la intriga en la que se ve involucrado el protagonista, de la que no saldrá muy bien parado. Demostrando con ello que, aunque cree estar en el mundo, el mundo realmente lo supera.
miércoles, 20 de abril de 2016
Acueductos
Visión idealizada del método constructivo de un acueducto. Un tramo sobre el terreno y otro en arcadas:
Imagen tomada de http://es.slideshare.net/jrtorresb/acueductos-de-la-antigua-roma
Como puede verse, la sección avanzaba manteniendo la rasante superior, por donde circulaba la lámina de agua (detalle en extremo inferior derecho).
Las cimbras de madera se retiraban una vez situada la clave de cada arco de medio punto.
Las pilas arrancaban del suelo disminuyendo su sección conforme se elevaban hasta alcanzar el nivel en el que se iniciaban los arcos.
Puede verse la maquinaria de elevación empleada con más detalle en la siguiente imagen, en la que se observa cómo dando vueltas a la rueda grande, mediante tracción humana, se elevaba, usando un polipasto, lentamente la carga:
Como ejemplo del resultado, valga esa imagen en la que dos de los once acueductos, el Aqua Claudia y el Anio Novus, que abastecían a la ciudad de Roma se entrecruzan, con diferente desarrollo para mantener las pendientes:
Imagen tomada de http://succesfulcivilization-lisa.weebly.com/roman-aqueducts-and-the-colosseum.html
Imagen tomada de http://es.slideshare.net/jrtorresb/acueductos-de-la-antigua-roma
Como puede verse, la sección avanzaba manteniendo la rasante superior, por donde circulaba la lámina de agua (detalle en extremo inferior derecho).
Las cimbras de madera se retiraban una vez situada la clave de cada arco de medio punto.
Las pilas arrancaban del suelo disminuyendo su sección conforme se elevaban hasta alcanzar el nivel en el que se iniciaban los arcos.
Puede verse la maquinaria de elevación empleada con más detalle en la siguiente imagen, en la que se observa cómo dando vueltas a la rueda grande, mediante tracción humana, se elevaba, usando un polipasto, lentamente la carga:
Imagen tomada de http://www.estudiogeneraldehumanidades.es/antiqua/images/construccion-puente.jpg
Como ejemplo del resultado, valga esa imagen en la que dos de los once acueductos, el Aqua Claudia y el Anio Novus, que abastecían a la ciudad de Roma se entrecruzan, con diferente desarrollo para mantener las pendientes:
Imagen tomada de http://succesfulcivilization-lisa.weebly.com/roman-aqueducts-and-the-colosseum.html
martes, 19 de abril de 2016
Vitrubio: Los diez libros de arquitectura
En este párrafo, titulado "De los modos de conducir el agua" el autor romano nos describe cómo conducir el agua y cómo distribuirla desde los depósitos, es interesante ver que establece tres compartimentos (cambijas) de modo que el agua vaya primero para el público en general, si sobra, para los baños públicos y si todavía queda, para el consumo de casas particulares:
"De tres maneras se puede conducir el agua: por zanjas mediante obras de albañilería, por cañerías de barro, o por tubería de plomo. He aquí las reglas que se han de observar en cada caso.
Si la conducción se hiciere por zanja o canales, las obras de albañilería deben ser lo más sólidas posibles y con una pendiente de a lo menos un cuarto de pulgada por cada cien pies de longitud, siendo además necesario que la construcción esté cubierta con bóveda, a fin de que el sol no toque de ningún modo el agua. Cuando ésta llegue a los muros de la ciudad, será preciso construir un depósito, y, unido a él, otro con no menos de tres arcas de agua. En el depósito se instalarán tres tubos que distribuirán el agua con uniformidad, en comunicación con el interior de las cambijas, alimentadas por estos canales, y que estarán dispuestas de tal manera que cuando haya mucha agua, la cambija central recibirá la que sobre en las otras dos y la enviará por las cañerías a todos los lavaderos y a todos los surtidores. El agua de una de las dos cambijas irá a parar a los baños públicos, de los que la ciudad obtendrá una renta anual. El de la tercera, se destinara a las casas particulares, pero de modo que no falte para el público el agua necesaria, evitándose que pueda ser desviada de su curso, ya que irá directamente por acueductos especiales..."
(Vitr. L. VIII, VII)
En las imágenes siguientes puede verse cómo funcionaba el depósito distribuidor de Pompeya, con tres salidas, tal y como define Vitrubio:
Imagenes tomadas de: http://www.romanaqueducts.info/index.html
lunes, 18 de abril de 2016
Corpus Agrimensorum Romanorum
Se trata de un tratado sobre topografía conservado en un manuscrito denominado Codex Guelfferbytanus 36.23 Augusteus 2.
Contiene los textos de autores latinos:
Iulius Frontinus: De agrorum qualitate, De controuersiis, De limitibus, Arte mensoria (Siglo I d.C.).
Agennus Urbicus: De controuersiis agrorum, De positione terminorum, Commentum de agrorum qualitate, (ca siglo IV d.C.)
Hyginus Gromaticus: De constitutio limitum (siglo I d.C.).
Hyginus: Liber gromaticus de divisionibus agrorum, De limitibus, De condicionibus agrorum, De controuersiis agrorum (siglo II d.C.).
Estos trabajos proporcionan métodos para la división de la tierra (centuriatos), su situación a efectos legales, la definición de límites y de cómo se estructura el terreno, relacionando las zonas cultivadas con las montañosas y la potencial implantación de nuevas ciudades.
El texto cuenta además con imágenes que tratan de ilustrar las explicaciones:
Contiene los textos de autores latinos:
Iulius Frontinus: De agrorum qualitate, De controuersiis, De limitibus, Arte mensoria (Siglo I d.C.).
Agennus Urbicus: De controuersiis agrorum, De positione terminorum, Commentum de agrorum qualitate, (ca siglo IV d.C.)
Hyginus Gromaticus: De constitutio limitum (siglo I d.C.).
Hyginus: Liber gromaticus de divisionibus agrorum, De limitibus, De condicionibus agrorum, De controuersiis agrorum (siglo II d.C.).
Estos trabajos proporcionan métodos para la división de la tierra (centuriatos), su situación a efectos legales, la definición de límites y de cómo se estructura el terreno, relacionando las zonas cultivadas con las montañosas y la potencial implantación de nuevas ciudades.
El texto cuenta además con imágenes que tratan de ilustrar las explicaciones:
miércoles, 6 de abril de 2016
Sexto Julio Frontino
"Puesto que toda empresa encomendada por el Emperador requiere una atención muy especial y mi inquietud natural, o mejor mi alto sentido del deber, me estimulan no sólo a realizar con exactitud sino también a amar el trabajo que se me ha confiado, y ya que ahora Nerva Augusto (año 96 d.C.), emperador no sé si más resuelto o enamorado del Estado, me ha encargado de la administración de las aguas, cargo que concierne no sólo al provecho sino también a la sanidad e incluso a la seguridad de la Urbe, y que fue desempeñado por los más relevantes ciudadanos, considero mi primera y principal obligación es conocer lo que tengo entre manos, como tuve por norma en mis otras actividades."
(Frontino, L. I, 1)
Así es como inicia Frontino su informe sobre los acueductos de Roma, en él nos detalla todo lo relativo al funcionamiento de las red que suministraba agua a la ciudad.
lunes, 28 de marzo de 2016
Las referencias: Aulo Gelio
Aulo Gelio, abogado y escritor romano que vivió en el siglo II. En su libro Noches Áticas, nos ofrece, entre otras muchas curiosidades, un breve resumen sobre conocimientos en geometría:
"A qué llaman "plano" los geómetras,
a qué llaman "volumen" "cubo" "línea", y con qué
términos latinos se llaman estas cosas.
1. Dos son las formas de las figuras que
los geómetras llaman schemata, el
plano y el volumen.
2. A estas dos formas
ellos le dan el nombre de "epípedon"
y "stereon".
"Plano" es lo que tiene líneas en solo dos direcciones, a lo largo y
a lo ancho; como son el triángulo y el cuadrilátero, que se enmarcan en una
superficie sin altura.
3. Hablamos de volumen cuando las líneas
se extienden no solo en sentido longitudinal y horizontal sino también a lo
alto, como son las puntas triangulares que los griegos llaman "pirámides",
o como las figuras cuadradas por todos los lados, que los griegos llaman
"cubos" y nosotros quadrantalia.
4. El "cubo", en efecto, es
una figura cuadrada por todos los lados, "como son – dice Varrón – los
dados con los que se juega sobre una mesa de juego, que precisamente por eso se
llaman "cubos".
5. En aritmética también se habla de
"cubos", por similitud, cuando todas las caras del mismo número son
producto de factores iguales, como sucede al multiplicar por tres.
6. Pitágoras dijo que el cubo de este
número contiene la fuerza del círculo lunar, porque la luna concluye su órbita
en veintisiete días y el número tres, que en griego se dice "trias", da como resultado ese
número al elevarlo al cubo.
7. Los nuestros llaman "línea"
a lo que los griegos llaman "grammé".
8. Varrón la define de la manera
siguiente: "Línea es una longitud sin anchura ni altura".
9. Euclides, sin embargo, es más breve y
omite la altura. Dice."Línea (grammé)
es una longitud sin anchura (mekos
aplatés), lo que no puede expresarse con una sola palabra en latín, salvo
que te atrevas a decir inlatabile
(sin latitud)."
(Gell., NA,
L.I, XX)
jueves, 24 de marzo de 2016
La imagen del mensor en la epigrafía
Son muchos los testimonios en piedra que nos han llegado en los que las lápidas hacen referencia a la figura del mensor, aquí dejo algunos de ellos con la referencia de su ubicación en el Corpus Inscriptionum Latinarium (CIL).
El primero de ellos incluso refleja una dioptra como recordatorio de la profesión del finado.
El texto que contienen, con sus lagunas e interpretaciones, aparece reflejado en latín.
Como puede verse, los lugares se reparten por toda la geografía del Imperio Romano.
miércoles, 16 de marzo de 2016
El corobate
Se trata de un
instrumento de nivelación bastante simple, parecido a una mesa estrecha, el
hueco central se llenaba de agua para comprobar su correcta nivelación y las
plomadas laterales permitían comprobarlo.
Imagen tomada
de:
Diferentes
partes de que estaba compuesto, su longitud era de 20 pies (5,92 m)
Imagen tomada
de:
Puede
observarse cómo se emplazaba y se nivelaba hacia atrás y hacia delante,
siguiendo la línea horizontal que se prolongaba visualmente desde el aparato.
Imagen tomada
de:
Recreación y
modo de empleo.
Imagen tomada
de:
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